La Primera Bienal de Diseño de Londres, en asociación con Jaguar y Somerset House, desarrollada entre el 7-27 de Septiembre del año 2016, llevó instalaciones, obras de arte y propuestas de diseño de 37 países a el corazón de la ciudad. La exhibición centra la dirección de su contenido desde el tema propuesto para el año 2016 ‘Utopia by Design’, explorando preguntas e ideas que abarcan la sustentabilidad, la contaminación, ciudades, inequidad social entre otras más.

La Bienal ocupó completamente el histórico edificio de Somerset House. Situado al costado del río Tamesis en el centro histórico de la ciudad, el antiguo palacio real es actualmente un centro cultural con más de 3.2 millones de visitantes (2015).

La Bienal contó con un comité consultivo y jurado internacional compuesto por Paola Antonelli, Adelia Borges, Ian Callum, James Lingwood, Jeremy Myerson, Jonathan Reekie, Martin Roth, Victor Lo, Ana Elena Mallet, Kayoko Ota, Richard Rogers y Paula Scher.

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La línea narrativa del montaje buscó dar testimonio de ese sueño llevado a la realidad a través de una empresa utópica y que logro funcionar por algunos meses. Básicamente el montaje busca entregar una experiencia que permita comprender los alcances del contexto histórico en el que se situó, y como la información que desde aquel escenario concreto y real se transformaba en un escenario digital y abstracto. Principalmente buscando exponer cómo este mitológico proyecto fue una de las más relevantes experiencias aplicadas que contribuyeron a modificar la comprensión y entendimiento de nuestro mundo: desde nuestra visión mecánica (Newton) a lo digital (Einstein).

Dar testimonio de la complejidad de CYBERSYN, fue el principal aliciente a la hora de plantearse las primeras preguntas para abordar tal laberinto. Ante ello, lo primero que emerge es lo evidente que la sala de operaciones del proyecto, se constituye como la máxima síntesis de esa complejidad dadas sus condicionantes espaciales y particularmente de la imagen futurista de algo que hasta el minuto nadie había tenido en mente, al menos en el mundo real. El peso específico de éste ícono, debía ser presentado desde una perspectiva que permitiese su reconocimiento, pero sin restar peso a el contexto en el que se generó tal empresa y todas las variables holísticas que la tecnología creada abrió en ese minuto, intentando hacer un repaso por los factores que le permitieron desarrollarse, pero también las complejidades sistémicas que sutilmente expone un caso de esta naturaleza.

En términos generales el montaje exhibió tres distintos niveles de ésta complejidad: (a) la historia del proyecto, (b) la experiencia del espacio y (c) la visión/proyección holística particularmente a nivel contemporáneo.

Todos los elementos que formaron parte de la muestra, se idearon especialmente para el evento, destacando de sobremanera, las reproducciones de las sillas y algunas reproducciones de las ilustraciones de los monitores originales.

La sala principal del montaje exhibió un juego de cuatro sillas y monitores originales, entregando un espacio reflexivo para comprender la experiencia propuesta por la sala de operaciones y el trasfondo cibernético, político y sistémico del mismo.  Además, a través de ello se abren preguntas que nos permiten insinuar las lecciones que se pueden desprender de la experiencia vanguardista que proponía CYBERSYN.

Si este proyecto se desarrolló a principios de los 70, ¿qué podríamos hacer ahora?, he ahí la pregunta que define el signo de nuestra época.

La secuencia narrativa de la muestra inicialmente busca otorgar una lectura histórica en donde se sitúa el proyecto, por lo que se utilizaron más de trescientas fotografías y una pista de sonido ideada especialmente para el evento, que daban cuenta de la realidad y complejidad social, cultural y política del país.

Además, con un documental producido para la muestra, se buscaba dar luces a cómo se configuró el proyecto y qué significado sistémico reviste para la actualidad, entrevistando a actores relevantes del proceso, como Raúl Espejo y Gui Bonsiepe. La línea narrativa busca exponer en definitiva cómo esa realidad precaria, se transforma en información relevante para el sistema que proponía CYBERSYN, abriendo el espectro a la transformación de un mundo dominado por lógicas mecánicas a digitales.

FOTOGRAFÍA DE VICTOR LEYTON